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23/5/08

Tres documentales


Hace algún tiempo que tengo ganas de escribir sobre tres excelentes documentales: The Oil Awakening (2006), The 11th Hour (2007) y Nanking (2007). Los dos primeros abordan, desde perspectivas muy diferentes, casi antagónicas, el colapso al que se enfrenta la humanidad como consecuencia del desabastecimiento energético. El tercero es un emocionante y terrorífico documental sobre la masacre cometida por las tropas japonesas en la capital de China en el invierno de 1937.

The Oil Awakening y The 11th Hour son, en cierto modo, dos caras de la misma moneda. El primero documenta con argumentos más que abrumadores la dependencia del planeta de los combustibles fósiles y el inquietante horizonte de desabastecimiento al que nos enfrentaremos en sólo un puñado de años. El resultado es un ensayo bien construido y cargado de pesimismo. El segundo documental, apadrinado por el actor Leonardo Dicaprio, es más argumentativo que demostrativo y, aunque dibuja una perspectiva mediaombiental casi terminal (que enlaza en muchos aspectos con las tesis defendidas por The Oil Awakening) concluye que todavía estamos a tiempo de evitar el cambio climático e impulsar modelos sociales y económicos sostenibles. Muy recomendables (sobre todo el primero) para quienes quieran comprender qué está pasando en el mercado del crudo y lo que nos espera en los próximos años.

Nanking forma parte de otra categoría. Este documental repasa, utilizando actores para reproducir las palabras de personas fallecidas (además de testimonios reales de supervivientes de lo ocurrido) la masacre cometida por el ejército japonés en la entonces capital de China en el invierno de 1937. Todo apunta a que las atrocidades no se limitaron a Nanking, pero la historia sólo ha podido documentar lo ocurrido en esta ciudad porque allí vivía un grupo de occidentales que empeñó su vida intentando salvar a sus habitantes de los asesinatos y violaciones protagonizados por los soldados de Japón. La masacre de Nanking es el equivalente japonés de Auswitchz, no sólo por la crueldad de los genocidas sino porque aún hoy sirve de alimento a la extrema derecha nipona, que niega lo ocurrido (pese a las múltiples evidencias existentes) y venera cada año a quienes protagonizaron los hechos. Imprescindible.

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